Si buscas en la R.A.E. pondrá estas definiciones en relación a «erótica-co»: «perteneciente o relativo al amor o placer sexuales», «que excita el deseo sexual», «dicho de una obra o de un género literarios o de otro tipo que tratan del amor sensual o del deseo amoroso», «dicho de un autor que cultiva el género erótico», «atracción muy intensa, semejante a la sexual, que se siente hacia el poder, el dinero, la fama, etc.»
Esta es la globalidad de la imagen popularmente extendida de erótica como término que subyace en nuestra cultura, pero muchas cuestiones quedan sin comprender…
Pero…¿dónde está la erótica? ¿en los genitales? ¿en el cerebro?
La erótica está en todas las partes del individuo, en su cerebro, en su piel, en sus genitales…son sus deseos más íntimos y profundos.
No están reñidos los genitales con el cerebro, ni viceversa…somos un todo.
Y así, la piel es el órgano erótico por excelencia, donde empezar a investigar estas cuestiones eróticas individuales, porque si bien somos mente y espíritu, somos también un cuerpo estupendo sensitivo y sensual donde investigar nuestros deseos y placeres.
¿Cuándo nace la erótica? ¿nace con el individuo o en la adolescencia con el desarrollo hormonal?
La erótica nace con el individuo, somos seres deseantes y deseables por naturaleza, si bien, las hormonas, su disminución de cantidad o su incremento, u hormonas nuevas que van incorporándose el el desarrollo del individuo, podrán hacer variar nuestros objetos de deseo y las prácticas eróticas, así como las experiencias de vida.
¿Es la erótica algo estable o impermanente?
De lo anterior se deduce que es impermanente, va variando a lo largo de la vida del individuo, que deberá estar presente en su cuerpo y en su ser para ir reinventándose instante a instante, acompañando su desarrollo personal sin juicios.
Nos han hecho creer que la erótica se reduce al coitocentrismo, es decir, a que sea la práctica amatoria del coito, como la saludable, única e imprescindible para una vida sexual y erótica plena…y nada más lejos de la verdad…será cada persona, individualmente considerada, y en íntima conexión con su ser, la que decidirá, en cada uno de sus momentos vitales si necesita coito u otra práctica erótica, a tenor de sus deseos.
Los bebés son seres eróticos, manifestándose en su deseo de piel, de contacto, de succión, etc. Los niños también son seres deseantes y deseables y no necesitan coito, pero sí necesitan erotismo centrado en la afectividad de la piel, besos, abrazos y contacto.
Y los ancianos también necesitan piel, siendo ellos mismos los que decidan si quieren coito o no… no que un anuncio de una pastilla para una «erección de caballo» les diga que es lo que tienen que hacer los sábados por la noche si quieren hacer felices a su mujer en la cama…lo más probable es que su mujer, si se le pregunta, les diga que no es eso lo que desea y les deje desconcertados…ya que la etapa fértil y reproductiva pasó y las hormonas de la mujer variaron a la vez que sus circunstancias vitales y quizá con ello también su erótica…por lo que necesitan investigar y reinventarse…no estar siempre en lo mismo porque hubo una época que te funcionó…pero, efectivamente, cada pareja es un mundo…
Una vez un profesor mío, dijo algo así como que los bebés y los ancianos que se deserotizan son los que mueren. Totalmente de acuerdo. Y es en referencia a la erótica de piel y de contacto afectivo, esa es la que viene de serie… el coito ya es otro tema aparte (y muy rentable, por cierto)
¿Por qué es el coito la práctica erótica que sale indefectiblemente en cualquier película de este género?
Es la sociedad la que ha extendido los modelos normalizados de amar, las prácticas sexuales saludables y la erótica universalmente reconocida…dejando lo «invisibilizado» por la industria del cine, como gran motor de extender paradigmas y comportamientos sociales deseables, como algo rodeado de oscuridad, misticsmo y oscurantismo, sin sacar a la luz que es el propio individuo el que a lo largo de su recorrido vital el que elige su erótica.
Es decir, si no «follas» no tienes vida sexual, diría la industria del cine, además has de follar de una forma determinadada para que seas de los buenos folladores y no un «mindundi» (perdón por las expresiones, pero es que son tremendamente gráficas para la idea que quiero transmitir, no puedo decir «coitear» porque no existe y copular se circunscribe al reino animal)…ya sabéis a lo que me refiero…
Es esta cortapisa la que no ha dejado lugar a la imaginación individual, a la vez que ha relegado los mal llamados «preliminares» a la categoría de prácticas eróticas de segunda categoría, estando en la cúspide el coito. Pero es todo uno, parte de un encuentro erótico, sin categorías, sino deseo y placer.
¿La erótica depende exclusivamente del deseo sexual?
Sexual es cualquiera de nuestros deseos, ya que somos seres sexuados por naturaleza y si la erótica es íntima e individual, se podría concluir que nuestros deseos eróticos son sexuados más que sexuales. Es decir, cada cual es el que decide de dónde nace su deseo y si le despierta su erótica como algo sexual en la acepción a deseo de sexo, en la versión, una vez más aunque parezca redundante, individual de cada uno.
En definitiva, nacemos seres eróticos deseantes y deseables por naturaleza, y no es el hecho en sí el que debe ser catalogado desde fuera del individuo como erótico o no, sino que es el propio individuo, en atención a su cultura, idiosincrasia, educación, genética, psique, etc. la que determinará si un deseo que le surge en su mente o un determinado hecho o acción es calificado como erótico o no (hago alusión a la entrada anterior del blog que decía «Lo que crees, creas»).
Realmente es así, si para ti un cruzar de piernas de una mujer con minifalda te parece erótico lo será, o un guiño de ojos, o un juntar de nariz con nariz, o una mirada simplemente…es más nuestra predisposición al deseo, a desear y a ser deseable lo que define la realidad erótica que cualquier otra cosa externa (enlazando con la cuántica, será en lo que ponemos nuestra atención, lo que atendemos, conformará nuestra realidad, así lo que no se atiende no existe para nosotros, en nuestro universo particular).
Será una constante para mí, huir de las generalizaciones, que bastante daño nos han hecho ya, al definir las sociedades qué deseos eran lícitos y cuáles no, qué era «sano» o «enfermizo» y qué era lo aceptado unánimemente como bueno para todos…
Pues no, se acabaron las generalizaciones eróticas, y será el propio individuo, presente en su cuerpo, en su mente y en su espíritu, como un todo o ente holístico, totalmente conectado con su corazón, atento a sus necesidades, en el presente atendido continuamente, el que defina, por sí mismo, cuál es su arquitectura erótica y construya el «edificio» donde quiere vivir y disfrutar de de sus deseos.
Y para esta construcción de deseos eróticos no necesitamos al otro como satisfactor de los mismos, si bien es el objeto mediador de nuestro deseo, nuestra referencia y catalizador erótico, seremos uno mism@ el responsable de la satisfacción de estos deseos eróticos, sin cargar al prójimo con nuestra mochila de: «hazme feliz, hazme disfrutar, dame placer, etc.», ya que cada uno es responsable de su propio placer, si bien, es estupendo compartir deseos y placeres mutuos, pero sin ser esto algo que condicione nuestro desarrollo erótico presente y sin la exigencia que parte de la necesidad del otro y no de compartir desde la abundancia erótica individual, que cada cual tiene que trabajarse si quiere crecer en este campo.
Habrá momentos vitales en los que tendrás pareja, y podrás disfrutar de los deseos y placeres mutuos, responsabilizándose cada uno de manifestarlos (de cualquier modo, ya sea verbal o no, pero no asumiendo que el otr@ sea el que debe suponerlos o adivinarlos) y habrá momentos de la vida que no tendrás pareja y serás tú quien se disponga en esa etapa, no a dejar la erótica a un lado (si no quieres claro, ya que hay personas que tienen la creencia errónea de que sin pareja no hay erótica ni satisfacción de deseos eróticos, salvo la masturbación en el mejor de los casos), sino a bucear en tu imaginario erótico, dando rienda suelta a tu creatividad y sentir que es lo que deseas en este momento, aquí y ahora…por ejemplo: un baño de espuma, una copa de vino, masturbación (con juguetes o no), un masaje, una película excitante, etc….deseos que puedes cumplir sin pareja y que nunca hubieras pensado en qué es lo que deseas a solas por no haber dispuesto de esta consciencia de permitírtelo, lo que te supondrá un conocimiento mucho más profundo de ti mismo, quizá nada que ver con lo tradicionalmente aceptable como erótico…
Si bien, la erótica es en referencia a un otr@ que despierta nuestra pasión, también es en referencia al otr@ que todos llevamos dentro como nuestro amante interior, al que pocas veces nos hemos dedicado a amar, escuchar y atender…hagámonos ese regalo a partir de ahora.
Y si aún no ha quedado claro lo que es la erótica porque sigue habiendo cuestiones que dilucidar…pues un poco de paciencia…que de eso va este blog 😉
Gracias por tu atención.
MAYTE MAY.